El otro día me entere de algo muy trágico. Tuvieron que operar a Paco, el baby perruno del primero.
Según mis fuentes, su abuela estaba hablando con el veterinario de que el perro podría llegar a vomitar por culpa de la anestesia. Con razón llevo yo días sin verlo. A lo mejor al pobrecito lo dejaron sin poder tener hijos, porque otra cosa yo no le notaba.
A otro perro, o mejor dicho perra, que aún no he visto es a Perla, la perra de los vecinos de al lado, que va vestida como si estuviera en los San Fermines, con su pañuelo rojo.
Como la gente está de vacaciones no tengo grandes noticias sobre mi vecindario, y la verdad estoy la mar de contenta sin estar de los nervios por culpa de mis vecinos.
Estoy temiendo que llegue septiembre, y con su llegada los problemas.
¿Que pasará?
Continuará...
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