domingo, 11 de marzo de 2018

Diario de un vecindario agresivo

Capítulo 37: Novedades

Hola, se que hace tiempo que no me desahogo un poco contra mis vecinos, por eso os vengo a traer las novedades, y así suelto un poco de mi frustración contra ellos.
En primer lugar tengo vecinos nuevos, tanto abajo como arriba, son familia, y un día me llevé una sorpresa cuando veo a la de arriba con una bolsa atada en una cuerda deslizándola por la ventana para que llegara al piso de debajo del mío para que se la llenara y volverla a subir luego de la misma forma. Con lo fácil que es bajar dos palmos de escalera, y con mucho menos esfuerzo, que no están en la otra punta de la cuidad.
Los vecinos de al lado siguen igual, cada cierto tiempo hacen fiestas hasta altas horas de la madrugada, porque ellos no trabajen, deberían dejar dormir a los demás, ya que se meten tantos en un piso que tienen que abrir las ventanas y como tienen la música a todo volumen no dejan dormir a nadie del barrio. Y no hacen las fiestas el fin de semana, no, sino entre semana, y los que tenemos que madrugar para ir a trabajar que nos fastidien, porque empiezan al mediodía con la juerga y no parar, parecen los conejitos de las pilas duracell. 
Y cuando no es la música, es la televisión, por favor, que no hace falta tenerla tan alta que están en la misma habitación, no tenemos que enterarnos los demás de lo que ven, porque la verdad no nos interesa.
Desde que se marcho la antigua vecina de abajo, no hay tanta bronca, aunque eso sí, sigue en el barrio, lo que pasa es que ahora no nos enteramos ni de con quien está, ni de si está en casa o no, como pasaba antes. La verdad hace mucho que no la veo, ni por la calle, y no se como le va la vida.
Yo lo único que quiero es que me dejen dormir las horas que necesito para ir descansada a mi puesto de trabajo, y así rendir más, y también quiero llevarme bien con mis vecinos.
Cuando vaya habiendo novedades ya os las iré contando, porque es mi manera de desahogarme y no dejarme dentro lo que siento, porque eso si que es contraproducente.
Un saludo.

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