jueves, 11 de julio de 2013

"La esperanza perfecta" de Nora Roberts


Os vengo a recomendar la tercera y última novela de la trilogía del Hotel Boonsboro de Nora Roberts. Con esta novela se cierra un ciclo.
Han transcurrido meses desde la inauguración del hotel Boonsboro. Mientras el calor veraniego hace su aparición el negocio prospera. No faltan las reservas y se extiende la voz del excelente servicio y las elegantes y románticas habitaciones que ofrece.
A la buena noticia que eso supone se suma la alegría ante la boda de Avery y Owen, que se celebrará la próxima primavera, y las buenas nuevas ante el embarazo de Claire. La familia Montgomery parece feliz.
Esperanza está satisfecha de su trabajo. Pese a que parecía impensable se ha aclimatado de maravilla a la vida de Boonsboro. Justine está encantada con su trabajo como directora del hotel. Owen y Becket también. Incluso Ryder.
Viendo la felicidad que embarga sus amigas, Esperanza piensa en cómo sería compartir con alguien esa plenitud y complicidad que tienen Avery y Owen, Claire y Becket.
La amargura por la ruptura con Jonathan se ha ido disipando con el paso de los meses, pero cuando termina su trabajo en el hotel y se retira a su apartamento en el tercer piso, no puede evitar sentir una punzada de soledad.
De cuando en cuando el recuerdo del aquel beso con Ryder durante la fiesta de fin de año se mete en su cabeza, pero trata de hacerlo a un lado y actuar como si nunca hubiera sucedido.
Puede que Ryder sea el más gruñón de los hermanos Montgomery, pero con un cinturón de herramientas en la cadera y trabajando codo con codo con la cuadrilla de trabajadores de los Montgomery es incansable. Aunque se acabaron las reformas en el hotel, el trabajo para la constructora no escasea con varios proyectos más: la panadería, el Spa y el restaurante de Avery. Así que de cuando en cuando su camino y el de Esperanza se cruza y se tratan con cortesía. ¡Incluso él puede ser cortés!
El día que acude al hotel a arreglar algunas averías, Lizzie vuelve a hacer de las suyas y , de nuevo, encierra a Ryder y Esperanza en una de las habitaciones provocando así que la pareja se bese. Ambos conocen ya las triquiñuelas del fantasma, así que están dispuestos a "sacrificarse" y pasar por el trance de besarse. Todo sea porque les deje salir de la habitación. Pero tal vez ese inconsecuente beso les haya dejado más huella de la que ninguno de los dos desee reconocer.
De las tres novelas que componen la trilogía del hotel Boonsboro, sin duda, ésta es la que más me apetecía leer. Desde Siempre hay un mañana me atrajo Ryder Montgomery por su carácter un poco hosco y gruñón. Eso, unido a la inmediata animadversión que Esperanza parecía provocar en él, bastó para despertar mi curiosidad. Y ya cuando en El primer y último amor se besaron en la fiesta de fin de año, me quedé con la miel en los labios.
Al contrario que esas veces en que las altas expectativas puestas en una novela te decepcionan más tarde, cuando la lees, La esperanza perfecta me ha gustado muchísimo. Algo que tampoco me ha sorprendido si soy sincera, pues sigue la línea de los dos anteriores novelas y he disfrutado mucho con todas ellas.
En realidad no son historias muy complejas, se centran en una pareja protagonista y en un segundo plano suceden las historias del resto de hermanos y amigas. Y, por supuesto, sigue desarrollándose también la historia de Lizzie, de la que novela tras novela vamos conociendo más.
Así que por un lado tenemos la historia de Ryder y Esperanza y por otro la de Lizzie y ese amor perdido que los Montgomery han accedido a encontrar por ella.
A diferencia de la historia de Owen y Avery donde no existían terceras personas ni personajes antagonistas, esta tercera novela es un poco diferente. Con la aparición de personas del pasado de Esperanza, la historia gana un poco de incertidumbre -no en el sentido que dudemos si se quedará con Ryder o su ex prometido- sino en el que surgen conflictos entre ellos, directa o indirectamente. A pesar de que el papel que juegan las antiguas parejas de Ryder y Esperanza no supone un obstáculo a temer, sí confiere a la trama de altibajos, encuentros y desencuentros y sirve para que la relación entre ellos evolucione. En ese sentido la mejor novela es La esperanza perfecta porque, en mi opinión, ya que la lectura gana en intriga y dudas. Siempre sin perder ese entrañable carácter familiar que caracteriza cada novela.
Me ha gustado mucho la historia de Ryder y Esperanza.
Pertenecen a ámbitos con poco terreno en común y en cuanto a sus caracteres se refiere, la sensación inicial que provocan es la de ser dos personajes muy diferentes que chocarán a menudo.
Me ha encantado como la relación entre ellos ha ido evolucionando, pero ya desde las novelas previas y, sobre todo, en esta última.
Ryder es un hombre habituado a trabajar con las manos, no es refinado, prefiere la cerveza al vino, comer en la pizzería de Avery a un restaurante caro, los deportes y discutir y gruñir sin reparos. Esperanza pertenece a una familia de clase media-alta, es refinada, fue una pequeña reina de la belleza y se siente cómoda y segura entre magnates, jeques árabes y la jet seg. Pero poco a poco va aclimatándose a la vida de Boonsboro y enamorándose de esa región, de su historia y del hotel. Y también de Ryder.
Estamos ante una pareja a primera vista incompatible, además de que no empezaron con muy buen pie cuando se vieron por primera vez. Pero con el roce, la cercanía y un pequeño empujoncito de Lizzie comienzan a mirarse de otra manera, a reconocer la atracción que los une y a crear puentes que unan sus mundos.
La esperanza perfecta también nos cuenta la historia de Lizzie. Ya en la anterior novela los hermanos Montgomery descubrieron el nombre de la joven que vagaba por el hotel, así como que espera y busca a alguien llamado Billy. Owen y Esperanza se dedican a investigar a la familia de Lizzie -de la que se descubren datos increíbles- así como quién pudo ser ese Billy y qué sucedió con él.
Evidentemente no voy a contar nada de la historia de Lizzie y Billy, pero es una historia preciosa y conmovedora que consigue que la novela destile emotividad. Esas historias de amores imposibles, de amores perdidos casi siempre logran conmoverme. Y la de la joven dama que durante meses ha convivido con los Montgomery lo ha hecho.
Además la novela cuenta con un amplio y de sobras conocido número de secundarios. Beckett y Claire esperan el nacimiento de su bebé aumentando una familia muy numerosa, Owen y Avery preparan su boda y la inminente inauguración del nuevo restaurante, y la presencia fiel de Justine y Billy W., de un montón de perros y los tres traviesos hijos de Claire que, como es de esperar, inundan de escenas divertidas la novela de principio a fin.
De las tres novelas ésta es mi preferida. En parte se debe a que siento debilidad por el personaje de Ryder, en parte porque la pareja que forma con Esperanza propicia una historia con tiras y aflojas, con diálogos chispeantes y escenas muy románticas. En parte pueda que se deba a que la historia de Lizzie se vuelve en parte vital del libro y puede que también porque aquí se cierra el círculo. Pero como sea, es una historia que al amparo del histórico hotel de Boonsboro me ha entretenido, divertido y emocionado mucho y cuyo precioso desenlace es el punto final para esta trilogía.

No hay comentarios:

Publicar un comentario