"El camino del encuentro" de Diana Palmer

El ranchero Cane Kirk perdió mucho más que un brazo en la guerra. Se perdió a sí mismo. Para batallar contra sus demonios internos, desafiaba a cualquier cowboy lo suficientemente desgraciado como para cruzarse en su camino. Nadie parecía capaz de calmarle, excepto la atractiva Bodie Mays. A Bodie no le importaba salvar a Cane de sí mismo, aunque el vaquero le resultara demasiado tentador para su propia paz mental.

Sin embargo, pronto fue Bodie la que necesitó ayuda, pero no se atrevía a contarle a Cane lo que estaba pasando realmente. ¿Cómo iba a confiar en un vaquero tan violento e impredecible? Cuando el silencio terminó hundiéndola más profundamente en aguas turbulentas, le tocó a Cane salvar la situación. Y, si hacia las cosas bien, no tendría que volver a cabalgar en solitario durante la puesta de sol. 

Este libro te muestra como por personas que te importan eres capaz de hacer cualquier cosa, como hace Bodie por su abuelo para que no pierda su casa, o como hace Cane por ella al ayudarla en una difícil situación.

Pero como ambos tiene fuerte caracteres, siempre están en continuas discusiones a pesar de lo que sienten el uno por el otro. Como Cane no quiere dejar de beber, porque piensa que sin un brazo es un tullido, Bodie intentará ayudarlo, así como toda su familia, pero ¿lo lograrán?. ¿Llegará a triunfar el amor? O por culpa del resentimiento de Cane sufrirán ambos.

Este es el segundo libro de los hermanos Kirk. Como siempre Diana Palmer ambienta esta novela en Texas, ya que casi todos sus protagonistas son vaqueros y viven en ranchos. 

A mí esta serie de historias me gustan, porque ves lo que los personajes sufren y lo que tienen que llegar a hacer para cumplir sus sueños. Casi siempre son ellos los que tienen que luchar por conseguir el amor de sus mujeres, pero en algunos libros las situaciones son bastante graciosas.

Si os gustan las novelas de vaqueros que a la vez tienen tocas románticos y policíacos, no os lo penséis, esta autora tiene que estar en vuestra mesilla de noche, porque no os defraudará.